11 de junio de 2007

El hábito de fumar y sus efectos-Ver mas

.
El hábito de fumar y sus efectos

Por Fernando Scherbovsky -
Médico Neumonólogo.
http://www.losandes.com.ar/nota.asp?nrc=381299&can=47

El tabaco es el agente productor de la epidemia actual más importante y tenaz, transmitido por la publicidad y los ejemplos, cuya fuente de contagio es la Industria transnacional del Tabaco.

Se mantiene por los comportamientos que responden a modos de vida, como es el hábito de fumar, que ponen en peligro la salud de toda la comunidad.

El tabaquismo, además de epidemia, es una endemia y también verdadera pandemia.

Las frías cifras del tabaquismo representan seres humanos que se enferman y sufren. Y muestran una terrible epidemia extendida a todo el mundo, lo que se interpreta como una pandemia.

Cada año el tabaco causa 4.000.000 de muertes en el mundo, lo cual es decir más de 10.000 muertes diarias. Siguiendo la tendencia actual los fallecimientos llegarán a 10.000.000/año entre 2020 y 2030. Siete de cada diez de estas defunciones ocurrirán en países en desarrollo.

El consumo de tabaco es la principal causa evitable de muerte en América, con aproximadamente 625.000 muertes por año (430.000 en los Estados Unidos, 150.000 en América Latina y el Caribe y 45.000 en Canadá).

Unas 500.000.000 de personas que viven actualmente en el mundo morirán por causa del tabaco. De estas muertes, 250.000.000 serán a una edad prematura. Esto es debido a que los fumadores de largo plazo tienen 50% de probabilidades de morir como consecuencia de una enfermedad relacionada con el tabaco.

Y de estas defunciones cerca de la mitad ocurrirá a una edad media entre 40 y 60 años, con una pérdida de unos 20 años de esperanza de vida normal.

Así, se estima que para 2020 el tabaco será la mayor causa de muerte y discapacidad, y matará a más de diez millones de personas por año, causando así más muertes que el SIDA, accidentes de tránsito, homicidios y suicidios, alcoholismo y drogas ilícitas, todos combinados.

Un tercio de la población mundial de 15 años y más fuma, siendo la cantidad total de 1.100 millones de fumadores en el mundo. De estos, 800 millones pertenecen a los países en desarrollo.

En 2025 los fumadores llegarán a 1.600 millones. En el mundo fuma el 47 % de los hombres y el 12% de las mujeres.
En los países desarrollados 42% de los hombres y 24% de las mujeres.
En países en desarrollo 48% de los hombres y 7% de las mujeres.

Comparados con los no fumadores, los fumadores que inhalan el humo tienen 27 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de la boca, 15 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de esófago y 53 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de laringe.

El hábito de fumar es causa de unas 25 enfermedades comprobadas, siendo sobre todo responsable de:
El 30% de todas las cardiopatías coronarias.
El 80-90% de todos los casos de enfisema-enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El 30% de todas las muertes por cáncer.
El 90% de los casos de cáncer de pulmón.

El tabaco es responsable de:
70% de cáncer de laringe;
50% de cáncer en boca;
50% de cáncer de esófago;
30-40 % de cáncer de vejiga;
30% de cáncer de páncreas.

El 42 % de los niños con enfermedades respiratorias crónicas es fumador pasivo. S
i la madre fuma durante el embarazo y durante el primer año de vida del bebé, el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante se incrementa en 4,09 veces.
Si ambos padres fuman, el riesgo se incrementa en 2,41 veces más.

Los no fumadores que conviven con fumadores tienen un riesgo 35 veces mayor de contraer cáncer de pulmón que aquellos que no conviven con fumadores.

Los cigarrillos contienen más de 4.000 compuestos químicos, incluyendo 43 que causan cáncer, y muchos otros que son tóxicos, venenosos o dañan los genes.

Se ha encontrado que los cigarrillos contienen sustancias como: isocianato metílico (que fue la causa de la muerte de 2.000 personas cuando se liberó en el aire en Bhopal, India, en 1984); acetona (removedor de pintura); amoníaco; arsénico (veneno); benceno (que forzó la remoción del agua Perrier del mercado); butano (líquido de encendedores); monóxido de carbono (gas tóxico del escape de los autos y de los braseros); cianuro (veneno); DDT (insecticida prohibido); formaldehído (que se emplea para preservar los cadáveres); plomo; metanol (combustible de aviones); naftaleno (ingrediente de las bolitas de naftalina); nicotina (droga adictiva y también insecticida).

Desde la óptica de los neumonólogos que enfrentamos a diario la patología producida por el hábito de fumar, vemos 3 grandes grupos de enfermos:
1) portadores de cáncer de pulmón;
2) portadores de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica);
3) portadores de enfermedades crónicas respiratorias que se agravan con el hábito de fumar (asma bronquial, bronquiectasias, alergias respiratorias, etc.).

Nos enfrentamos a estas enfermedades generalmente en forma tardía, ya que cuando el paciente consulta, su cuadro ya está instalado. A partir de entonces nuestros recursos terapéuticos son bastante pobres.

En el mejor de los casos, si logramos que el paciente deje de fumar, podremos recuperar déficits funcionales que le permitan desarrollar una vida medianamente activa, la que se verá constantemente atacada por factores externos como enfriamientos, infecciones, irritantes inhalatorios, alérgicos, que provocan importantes retrocesos funcionales.Esto lleva a que a partir de entonces y para el resto de su vida, deban tener un constante tratamiento y seguimiento, lo que implica un gasto económico personal, familiar y social de magnitud.

Desde hace muchos años nuestras sociedades científicas locales, nacionales e internacionales, vienen advirtiendo sobre los efectos nocivos del hábito de fumar y sobre aquellos fumadores pasivos que se ven afectados por compartir espacios comunes.

Y es nuestro diario pregonar que hayan leyes que protejan a los no fumadores, ya que como todos los estudios científicos aprobados por la OMS, OPS, etc, han demostrado el daño que se le provoca tanto al fumador activo como al pasivo, es necesario contar con los elementos legales que permitan ambientes libres de humo de tabaco.

Nadie discute la promoción de la salud (el agua potable, las cloacas, etc.), la prevención de las enfermedades (la vacunación en los niños, el aislamiento de enfermedades contagiosas, etc)...
Entonces ¿cómo puede ser que todavía se discuta o se ponga en tela de juicio la contaminación del aire a respirar?
.

No hay comentarios: