6 de junio de 2007

Alas-Ver mas

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Alas - Mimame Bandoneón

Con legítimo derecho, Gustavo Moretto, que es el creador histórico del grupo Alas, además del compositor de todos los temas (ayer y hoy), incluye en la gráfica del disco una foto de Alas con Astor Piazzolla, más un par de líneas muy reales:

"El gran músico argentino Astor Piazzolla consideró al grupo Alas como la más exitosa fusión de tango y rock progresivo que él jamás había escuchado".

Lo que si se podría objetarle a Astor, en proyección histórica hacia el pasada, es un concepto: esa exitosa fusión tuvo experiencia aún más importante, de mucha mayor calidad musical, el propio Octeto Electrónico de Piazzolla, que fue contemporáneo a la aparición de Alas. Habría que precisar fechas.

El 3 de diciembre de 1976 ocurrió algo trascendente en la vida musical de los argentinos, que bien pudo haber cambiado la historia de la música popular bajo estos cielos.
Esa noche ya casi de verano porteño, en un Gran Rex repleto de gente (3.200 personas sentadas y 300 paradas), el Octeto Electrónico de Astor Piazzolla no solo entregaba un recital memorable, sino que parecía firmar (en el caso personal de Astor) un compromiso con los jóvenes de Buenos Aires consustanciados con el rock, mientras los amantes de la música de Piazzolla, sin sentirse desilusionados, miraban al menos de reojo.

Señores:
así AP hiciera una versión de "Arroz con leche", la cosa, vía su bandoneón, sonaba como el mejor de los tangos, más música tocada y orquestada de manera admirable, con su sello.

Hace bien Moretto en recordar esa historia en el CD que acaba de alumbrar en Buenos Aires, al mismo tiempo de un recital realizado en agosto de 2005 en el ND Ateneo para presentar el disco.

Aquella noche de 1976, Astor tomó el micrófono y le dedicó el concierto a esos jóvenes que creían en su nuevo ideario musical. Y mencionó al grupo Alas y a su director, todos presentes en la sala.

Hay otro testimonio importante, el texto que con puño y letra de AP estaba impreso en el programa de la velada y donde dirigía un encendido mensaje a sus nuevos admiradores.

Piazzolla deshizo muy pronto ese compromiso. Incluso se desprendió de la partitura de "500 Motivaciones" (ver historia en este mismo link Siglo XXI), una obra de unos 10 minutos de duración donde tiraba gran parte de su esencia por la ventana para avanzar en una aventura musical: mezclar su sonido que es puro Buenos Aires con los del jazz-rock, que por otro lado del mundo tenía entre otros protagonistas a Miles Davis y Chick Corea.

En el libro "Piazzolla-Memorias" (Alba Editorial, Barcelona) hay una frase muy piazzollera para justificarse:
"Yo puedo tocar como Chick Corea, hay que ver si Chick Corea puede tocar como Astor Piazzolla".
No se trata ahora de hacer una revisión histórica. Además, en ese mismo libro trato de entender aquella encrucijada del artista (Piazzolla), llevado a esa situación por su propio y peligroso juego musical.

Muchos jóvenes de entonces no le perdonaron a Piazzolla ese renuncio, pero quizá la historia del tango en particular y de la música universal sin aditamento algunos, hoy aplauden aquella decisión:

continuar abrazado a su esencia y a los instrumentos acústicos.

Es momento de volver al disco de Alas, compuesto por obras recientes de Moretto y otras ("Pinta tu aldea", "Buenos Aires solo es piedra)" que son de aquel entonces, hace ya casi 30 años, vueltas a grabar.

De orejas puestas entre auriculares, ojos cerrados por la música y los recuerdos, viví una sensación no desconocida. Como en esos filmes que un día quedaron incrustados en mente, corazón y piel, y que vueltos a ver muchos años después ya no tienen ni la frescura ni el ritmo cinematográfico ni el escalonamiento dramático idealizados, este disco de Alas propone una emoción similar: lo amamos pero por alguna razón se ha puesto viejo.

Más aún, sin cargar tintas, habría que admitir que la fusión tango-rock ya no tiene razón de ser.

Quizá haya un punto de partida en aquella noche del Gran Rex, pero hacia nuevos horizontes, no este que propone Alas en 2005, más allá de la voluntad y el empeño que siempre pone Daniel Binelli, soporte sonoro fundamental de un disco que ya viene barajado en el título: "Mímame bandoneón" suena a oportunista, a querer treparse a la ola del Tango.

Al fin y al cabo esto cierra como un cuento semi perfecto.

Lo mismo hizo Astor Piazzolla hace 30 años mirando la ola rockera.

ALAS con DANIEL BINELLI. "Mímame"
Todos temas de G. Moretto.

Formación:

Gustavo Moretto (piano). Carlos Rigantti (percusión y cacerolas). Alex Zuker (bajo). Martín Moretto (guitarras). Invitados especiales: Daniel Binelli (bandoneón). Pedro Aznar (voz y melódica en Marcia.
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